SOBRE LA FORMA Y EL TAMAÑO DEL
UNIVERSO
UNA GEOMETRÍA DE VELOCIDADES MUY ALTAS
Patricio Valdés Marín
Es posible decir algo
significativo en relación a la forma y el tamaño del universo solo bajo el
punto de vista de una geometría que considera velocidades muy altas. Esta
geometría es comprensible como la síntesis de la teoría de la relatividad y el
principio del Hubble de la expansión del universo, en el que ambos han sido
modificados por la adición de un corolario a cada uno de ellos. Con el fin de
mantener la simetría, en el mismo grado que el objeto que se aleja del
observador cercano a la velocidad de la luz, que de acuerdo con la contracción
de FitzGerald se acorta en el eje común entre objeto y observador, el plano
transversal del objeto a este eje debe recíprocamente agrandarse. El corolario
de la teoría de Hubble es que a la afirmación "mientras más rápido, más
lejano" hay que añadir "y más joven." Esta geometría bien puede
dar cuenta tanto de muchas preguntas, tales como la gravedad y el bosón de
Higgs, como de las contradicciones planteadas por observaciones recientes del
fondo del universo que han cuestionado tanto los conocimientos que aceptamos y
que han dado lugar a explicaciones extrañas, tales como la aceleración de la
expansión del universo, la inflación cósmica, la energía oscura y la materia
oscura.
Las interpretaciones que se presentan aquí para
desentrañar los descubrimientos recientes realizados por la cosmología moderna
tienen el propósito de abrir caminos nuevos para superar las diversas
contradicciones, explicaciones irreales, y trampas de la cosmología actual. El
resultado esperado es permitir que todas las piezas de este rompecabezas
encajen entre sí para conformar una concepción coherente y consistente del
universo. Para probar estas polémicas afirmaciones, empecemos con la siguiente
imagen: siéntate cómodo en algún lugar en el espacio, como un moderno
observatorio astronómico en el planeta Tierra, y mira a tu entorno distante a
través de un telescopio muy potente. Donde quiera que dirijas tu telescopio
verás estrellas y, más lejos aún, galaxias. Tal como hacen los astrónomos, tú
puedes sacar sus mismas conclusiones a tus observaciones, de que estás rodeado
de estrellas y galaxias por todas partes.
Algunos milenios atrás, los caldeos imaginaron que las
estrellas fueron colocadas en una bóveda celeste que cubre la tierra conocida
como una tapa. Esa bóveda como imagen fue reemplazada por una esfera vacía tan
pronto como alguien se imaginó que la Tierra es una esfera relativamente
pequeña situada en el centro del universo. La imagen de este universo no cambió
mucho cuando Copérnico puso en vez el Sol en el centro del universo. Por la
astronomía moderna hoy sabemos que las estrellas y también las galaxias no
brillan fijas en una bóveda o en la periferia de una esfera, sino que están a
diferentes distancias de nosotros, y que las distancias son tan grandes que se
miden en "años luz." También sabemos que un año luz es la distancia
que la luz viaja por el espacio en un año y que la velocidad de la luz es
alrededor de 300.000
kilómetros por segundo.
Para ti, como cualquier otro observador, tal como algún
extraterrestre que pueda existir en alguna galaxia distante, el universo
tendría aparentemente la forma de una esfera que contiene un sinnúmero de
estrellas y, más lejos, de galaxias, las que cada una puede a su vez contener
cientos de millones de estrellas. Donde quiera que dirijas tu telescopio por
encima del horizonte terrestre en una noche clara, podrás ver estrellas y más
estrellas. Y más lejos y por medio de un telescopio muy grande, serías capaz de
ver cientos de miles de galaxias distribuidas por todas partes dentro de este
gigantesco volumen. Los cuerpos más cercanos estarían próximos a ti, mientras
que los más lejanos estarían casi en el confín del universo.
Ahora trata de imaginar el universo como todo lo que está
contenido dentro de una esfera muy, muy grande y tú como el punto que está
justo en el centro de esta esfera. Puesto que las estrellas y las galaxias se
distribuyen en todo el espacio que abarca el universo, es posible imaginar
separaciones dentro de este ámbito. Imagina estas separaciones como esferas
internas y homocéntricas contigo en su centro. Luego imagina que la esfera más
cercana tiene un radio de un año luz y contiene todos los cuerpos celestes que
están a esa distancia o más cerca de ti. La siguiente esfera homocéntrica tiene
un radio de dos años luz y contiene los cuerpos celestes entre su propia
periferia y la periferia de la anterior esfera, y así sucesivamente hasta que
te imagines que hay algunas 13,7
miles de millones de esferas homocéntricas, cada una
separada de la anterior por un año luz. Así, la Vía Láctea podría ocupar una
gran parte de los primeros cientos de miles de esferas. Andrómeda ocuparía una
pequeña zona en un grupo de decenas de miles de esferas próximas a la esfera
número dos millones trescientos mil, y así sucesivamente para las galaxias más
distantes. También imagina que todos los años una nueva esfera homocéntrica se
intercala para dar cuenta de la expansión del universo a la velocidad de la
luz.
Materia y energía, tiempo y espacio,
causa y efecto
La imaginación en sí misma no tiene la capacidad para dar
cuenta de todas nuestras posibilidades de pensamiento, ya que podemos elaborar
imágenes en ideas y podemos ordenar las ideas en proposiciones de las que se
pueden derivar conclusiones válidas si se ordenan de manera lógica. Estas
conclusiones serán verdaderas si las proposiciones son verdaderas. Además,
podemos relacionar las relaciones causales que observamos y experimentamos y
obtener leyes universales, ya que el universo se comporta de maneras muy
distintivas. Finalmente, podemos sintetizar las ideas en conceptos más
abstractos. Los conceptos de materia y energía son muy abstractos, así como los
de tiempo y espacio.
Filosofando acerca de los conceptos de materia y energía
estos conceptos abstractos podemos afirmar que la energía no existe por sí
misma, ya que no jamás tal cosa ha sido
observada alguna vez. La energía debe ser contenida, y la energía del universo
está contenida en la materia. Más precisamente, podemos afirmar que la materia
es la especificación de la energía y que la materia se relaciona entre sí por
medio de la energía. Para ser totalmente funcional, ya sea como una causa y / o
un efecto, la materia es la concreción de la energía. Los cuerpos son
concentraciones de la materia a causa de las fuerzas fundamentales. Su materia
se manifiesta como causas y efectos, porque los cuerpos, que son hechos de
materia, afectan a otros cuerpos cuando les transmiten energía.
Podemos observar los engranajes de un reloj y a
continuación concluir que a través del movimiento el tiempo se relaciona con el
espacio. Podemos pensar no sólo que el tiempo y el espacio miden y pueden ser
medidos por el movimiento de un objeto en relación a otro, sino que su misma existencia tiene que ver con el
cambio. El tiempo y el espacio son recíprocamente las mediciones de la duración
y la extensión de un proceso. Vienen a existir cuando una causa se relaciona
con su efecto.
Es imposible que podamos pensar que el tiempo o el
espacio preexistan a las cosas. Si afirmamos que la materia y la energía se
identifican con todas las cosas en el universo, entonces el tiempo y el espacio
no puede existir independientemente, sino que su existencia depende de la
existencia de la materia y la energía. Se puede imaginar que el espacio no es
un vacío, pero es el medio para hacer pasar la energía desde una causa a su efecto,
y el tiempo es la velocidad a la cual la energía se transmite. La teoría del
Big Bang nos enseña que en su origen primigenio la energía infinita estaba
contenida en un no-espacio. Podemos derivar la teoría de que su evolución en el
transcurso del tiempo ha seguido el curso de un proceso de estructuración
continuo y cada vez más complejo, que ha ido desarrollando el espacio desde
entonces.
La magnitud del movimiento máximo posible en el universo
tiene un límite absoluto, que es la velocidad del fotón. Einstein justamente
concluyó que el tiempo y el espacio son relativos, es decir, ambos parámetros
son correlativos con respecto a este movimiento con valor absoluto. Él
introdujo el concepto de “espacio-tiempo”, como dos parámetros relativos que se
relacionan el uno al otro, teniendo la velocidad de la luz como referencia
absoluta.
La velocidad de la luz impone un límite a la propagación
de la relación causal, donde los mismos efectos no se pueden observar
simultáneamente por dos observadores diferentes. La cosmología debe referirse a
“el observador” como uno de los infinitos puntos de vista posibles. Una vez
más, el concepto de observador es crucial para entender el universo y sus
propiedades, como el espacio-tiempo, el tiempo presente, y la relación causa-efecto.
En el otro extremo de la escala, la distancia mínima
posible entre los dos más pequeños cuerpos existentes es el número de Planck,
que se refiere al paquete mínimo de energía, llamado cuanto. Podemos concluir
que el tiempo y el espacio no son infinitamente pequeños. Comienzan a existir a
partir de este número. En el universo un límite inferior y un límite superior
existen para la acción de la causalidad. El límite inferior es la dimensión de
la energía cuántica, dado por la constante de Planck, que determina la escala
más pequeña de la existencia de una relación causal. El límite superior para
una relación causal se refiere a la velocidad máxima que puede alcanzar el
movimiento, que es la velocidad de la luz.
Tiempo presente
Partiendo de la idea de la correlación mutua de tiempo y
espacio, y que la velocidad máxima de propagación de una causa es la velocidad
de la luz, podemos ser capaces de deducir que el único límite del universo no
es una dimensión espacial, sino que es el momento presente. Para llegar a esta
conclusión, diremos que: 1. Sólo en su presente un ser es sujeto (activo o
pasivo, inteligente o insensible) de causas y objeto de efectos. 2. Si desde el
punto de vista de cada ser en particular el tiempo presente le pertenece exclusivamente,
todo el resto de los seres del universo existe para él en su pasado. 3. Cada
ser existe en el centro de su universo. 4. Esta realidad es cierta para
cualquier otro ser del universo.
Como observador, tú existes en tu propio presente. El
momento actual es la actualización de la relación causal. En tu propio presente
se actualiza toda causa que ha tenido un espacio-tiempo para llegar a tu propia
existencia desde su origen en el pasado. En tu propio presente, percibes las
causas que vienen del pasado. Puedes apreciar que desde el presente se origina
toda causa que tendrá un efecto en un futuro y que para ti será pasado. La
existencia pertenece exclusivamente a tu tiempo presente, que es el momento del
tiempo en el que tú eres realmente sujeto de causas y objeto de efectos. La
relación causal enlaza los momentos del tiempo en tu propio presente.
El observador en un automóvil, no se desplaza avanzando
por la carretera, pues, estando aquél en su propio presente, es la carretera
que viene de su futuro y se dirige hacia su pasado. Igualmente, en un universo
en expansión, las galaxias que rodean a un observador generalmente se dirigen
hacia el pasado de éste y, mientras más distantes y más en el pasado del
observador, se alejan con mayor rapidez. El límite es el pasado absoluto del
observador, aquél que se desplaza a una velocidad de alejamiento igual a la
velocidad de la luz y ya en el mismo confín del universo. Lo interesante es que
hacia donde el observador dirija su mirada con un potente telescopio verá galaxias
en distintos grados de alejamiento, rodeando por entero al observador. Podemos
hacer aquí un par de reflexiones. 1º Para un observador la periferia del
universo se expande a la velocidad de la luz, por lo que éste nunca podrá
observar su confín, pues, a tal velocidad no habrá luz que le llegue. 2º La
periferia es en realidad el Big-Bang, de modo que siendo sólo un punto, el
observador lo ve abrazando la totalidad del universo.
Absolutamente todo lo que tú observas, en tu calidad de
observador, estaría necesariamente para ti desde tu pasado inmediato hasta tu
pasado remoto. Cuanto más lejos está el objeto de ti, más lejos existirá en el
pasado. Y lo que es válido para ti es válido para cualquier otro observador –o
cosa– en el universo en tu propia perspectiva. Lo que tú observas en tu
presente existencial son los efectos de los acontecimientos que sucedieron hace
algún tiempo, ya sea en tu pasado reciente o en tu pasado remoto.
Al principio de Hubble: “cuanto más lejos está el objeto
del observador, más rápido estará alejándose de él,” podemos añadir un
corolario. Dicho corolario es más simple y probablemente muy conocido, aunque
no es bien entendido. A la afirmación de “mientras más rápido, más lejos”,
podemos añadir “y más joven.” Mientras más lejanos están los objetos en nuestro
pasado, éstos estarán por el contrario más cercanos al Big Bang. El concepto de
Big Bang se hará más real en la medida que nuestra imaginería y pensamiento
sean más elaborados.
Si seguimos el principio de Hubble, el límite absoluto de
la velocidad de alejamiento es la de la luz. La periferia de la esfera del
universo en la que tú eres su centro se aleja de ti a la velocidad de la luz.
Desde tu perspectiva, la distancia entre la periferia del universo y tu propia
posición en el universo te pone a la mayor distancia posible de la periferia,
teniendo en cuenta que tú eres el único ser existiendo en tu presente –tu
propio presente– y el ser más antiguo posible (en relación al Big Bang),
mientras todos los demás están en tu pasado, siendo más jóvenes que tú.
Si el parámetro absoluto del universo es la velocidad de
la luz, el espacio que media entre el Big Bang y tu aquí y ahora es el
resultado de multiplicar esta velocidad por el tiempo que la luz ha estado
viajando desde el Big Bang. El espacio que abarca no tiene una existencia
permanente, porque un rayo de luz no puede viajar de vuelta al Big Bang. Le
faltaría tiempo. Este espacio existió y fue real sólo mientras una causa en la
forma de una energía distintiva viajó y lo generó. En otras palabras, este
espacio fue construido por esta energía para unir dos cuerpos de la materia, la
causa y su efecto. Nuestra experiencia cotidiana nos hace concebir el espacio
como algo dado, anterior a la existencia de la materia y la energía. Diariamente
viajamos por el mismo espacio para ir de casa al trabajo y viceversa. Sin
embargo, en la escala cósmica el viaje entre dos galaxias sigue un camino que
es bueno sólo para esta ocasión.
Todo el espacio-tiempo en el universo ocurre entre dos
polos: el Big Bang, como el origen único del universo y su absoluto pasado, y
cada observador en su propio tiempo presente, como los efectos de las causas
que necesariamente se encuentran en este pasado. El universo tiene dos puntos
de referencia absoluto: el Big Bang como la referencia absoluta para todos en
el universo, y tú, el observador, como la referencia absoluta para ti mismo.
Una de las dos funciones de la masa es la inercia. La
inercia está relacionada con el tiempo. La energía cinética aparece cuando un
cuerpo que contiene masa viene de nuestro pasado a nuestro presente a una
cierta velocidad. Cuanto más rápido su acercamiento, mayor será su energía
cinética. A la inversa, la energía potencial se relaciona con un cuerpo que
contiene la masa que está en el pasado del observador, pero que puede ser
llevado a tu momento presente.
La expansión a la velocidad de la luz
Una esfera es un cuerpo geométrico que posee un volumen
en medio de un espacio, pero el universo no puede existir con un espacio
exterior fuera de sí mismo. La mayoría de los cosmólogos están de acuerdo de
que el tiempo y el espacio se desarrollan con la expansión del universo. Como
un observador que existe en el universo, él no puede observarlo desde “fuera.”
Como podemos deducir, cualquier observador es necesariamente parte del
universo. Si la periferia de la esfera en la que él se encuentra en su mismo
centro se aleja de él a la velocidad de la luz, entonces la tasa de expansión
del universo tiene tal velocidad. Podemos razonar que debe ser constante, ya
que esta velocidad es absoluta.
De ninguna manera podemos pensar que la velocidad de un
cuerpo que se aleja del Big Bang puede tener una velocidad superior a la de la
expansión del universo, que es el de la velocidad de la luz. Si el observador
estuviera a una distancia mayor del Big Bang que la permitida por el movimiento
a la velocidad de la luz desde la gran explosión, significaría que él estaría
viajando a una velocidad mayor que la luz, y los efectos de la gran explosión o
no habría sido capaz de llegarle o él seguiría estando en el futuro, lo que es
imposible.
Por otro lado, no podemos afirmar que los cuerpos puedan
alejarse de la gran explosión a una velocidad menor que el de la velocidad de
la luz. Si tú o cualquier otra parte del universo estuviera viajando a una
velocidad más lenta, no habrías en absoluto sufrido algún efecto desde el Big
Bang, ya que su acción, que viaja a la velocidad de la luz, se hubieran
adelantado, creando un universo diferente. Si el universo se expande a una
velocidad menor que la de la velocidad de la luz, no seríamos capaces de
explicar, por ejemplo, la enorme velocidad de alejamiento de distantes quásares
observados. Una vez más, si fuera posible para ti observar el principio del
universo, la energía que viene de allí te seguiría afectando una y otra vez o
de forma continua.
Además, como cualquier otro observador en el universo, tú
jamás podrás ser testigo del Big Bang, ya que esta primordial explosión está a
una distancia de ti de velocidad de la luz. Tampoco sería posible que tú puedas
observar el comienzo del universo, si pudieras enfocar tu potente telescopio
hacia el supuesto punto original. Y si fuera posible para ti observar el
principio del universo, la energía que proviene de allí te seguiría siendo
afectando, así como también al resto del universo, en un acto permanente de la
creación que no tendría fin.
Podemos deducir que más lejos, a una distancia de
alrededor de 13,7 mil millones de años luz, lo que sería la frontera del
universo desde tu propio punto de vista en tu calidad de observador, cualquier
objeto allí se alejaría de ti a la velocidad de la luz. La conclusión de que el
universo se expande a la velocidad constante de la luz debe poner fin a la
discusión cosmológica si esta expansión se está acelerando o se está
desacelerando. Además, un espacio-tiempo continuo, pre-existente, permanente,
que está curvado debido a la presencia de masa no tiene ningún sentido para un
universo que se expande a la velocidad de la luz. Básicamente, diremos que la
inercia y la gravedad son dos funciones distintas de la masa y no pueden ser
identificados entre sí, ya que ambas funciones, aunque tienen los mismos
efectos en algunas circunstancias, son originadas por diferentes fuentes de
energía.
Si tú y otro cuerpo de la aparente esfera del universo
con el Big Bang como su centro ocupan los extremos de uno de sus diámetros, el
otro cuerpo no podría estar alejándose de ti al doble de la velocidad de la
luz. No sólo no serías capaz de ver al otro cuerpo, pero tu masa en relación a
la masa del otro cuerpo tendría una energía doble infinito, algo que es
imposible. Esta contradicción puede explicarse por nuestro corolario al
principio de Hubble. Tal como “cuanto más distante, más rápido” está el
principio de “cuanto más distante, más joven.” Este cuerpo diametralmente
opuesto en el espacio es perceptible para ti, sólo porque es casi tan joven
como el propio Big Bang. El espacio-tiempo prefiere alterar su propia relación,
alargando el espacio y disminuyendo el tiempo, para que el valor absoluto de la
velocidad de la luz deba ser mantenido. En consecuencia, hay dos conclusiones
que podemos deducir de esto: en primer lugar, en teoría, tú puedes ser
observador de todo el universo, en cualquier momento, y, en segundo lugar, lo
que puedes observar en cualquier momento es una imagen instantánea del
universo, pero donde la edad de cada cuerpo depende de su distancia en relación
contigo.
Cuanto más cerca se encuentra un cuerpo del Big Bang,
según lo ves en tu calidad de un observador particular, más joven es realmente.
El límite de juventud es el propio Big Bang, al no tener absolutamente ninguna
edad, siempre que te fuera posible poder verlo. Sabemos, sin embargo, que esta
búsqueda es imposible. No sólo la alta radiación oscurece completamente el
universo primigenio, donde se oculta el Big Bang en su centro, cubriendo más de
la mitad del universo de nuestra mirada, lo que es igualmente importante es que
la frecuencia de la onda luminosa del Big Bang sería igual a cero y su longitud
de onda sería igual al radio del universo.
Si Copérnico desplazó a la Tierra como el centro del
universo, esta teoría sitúa a cada uno de nosotros en su mismo centro una vez
más, siendo el otro centro la misma gran explosión. Todo el espacio-tiempo en el
universo ocurre entre dos polos: el Big Bang, como el único origen del universo
y su pasado absoluto, y cada observador en su propio tiempo presente, como
efecto de las causas que necesariamente se encuentran en su pasado. El espacio
es un compuesto de tres dimensiones. El espacio local newtoniano con tres
dimensiones está enmarcado por el observador (o cualquier cosa particular),
existiendo en el centro de una aparente esfera que está contenida por el Big
Bang. Podemos concluir con la afirmación de que se trata de la esfera cuyo
centro está ocupado por ti, siendo su periferia la esfera última o externa,
identificada con el Big Bang.
La principal paradoja de la cosmología
Hemos llegado a la paradoja central de la cosmología:
“dado que el universo tuvo su origen en el Big Bang, que fue un punto único sin
tiempo ni espacio, pero con una energía infinita, la pregunta es, ¿cómo es
posible que este peculiar punto, esta “singularidad” como algunos cosmólogos lo
llaman, se extendiera a lo largo de toda la periferia aparente de la esfera
celeste en cuyo centro tú, en tu calidad de observador, te sientas observando a
través de un telescopio?” En otras palabras, si el Big Bang comenzó a partir de
un único punto sin espacio-tiempo, ¿cómo es que desde su propio punto de vista
el punto original del universo pueda ser identificado con la periferia de una
esfera que abarca todo el universo? Es decir, la paradoja es que la periferia
de la esfera más gigantesca posible deba ser identificada con la singularidad
de donde se originó el universo, teniendo que aceptar que el ínfimo punto de la
gran explosión envuelve toda la periferia del universo del observador.
La geometría es la ciencia apropiada para visualizar y
medir la forma de cualquier cosa, porque su objeto de estudio es la extensión.
Pero en el caso del universo, la geometría conocida no es suficiente, ya que el
tiempo también debe ser considerado. Es por ello que la cosmología es tan
compleja y el universo es tan difícil de entender. La geometría conocida puede funcionar
bastante bien para las esferas más cercanas al observador. Pero esta geometría
es una medida de espacio, no de tiempo. Cuando la velocidad de la luz se trae a
colación, ninguna geometría conocida puede describir la realidad.
Cuando la velocidad de la luz es tomada en cuenta como un
parámetro absoluto de la realidad, una simetría de espacio-tiempo aparece por
el cual ambos parámetros pasan a ser inversamente proporcionales, alterando
toda la geometría conocida. Hubble diría que mientras más lejanas las esferas
se encuentren de ti, el observador, más rápido viajarán de ti. De acuerdo con
esta nueva geometría, la esfera número 12,12 mil millones se aleja de ti a 259.800 kilómetros
por segundo. Pero de acuerdo a la ecuación de la contracción de Fitzgerald –que
Einstein integró en su Teoría de la Relatividad Especial–, desde tu perspectiva
la distancia entre esta esfera y la siguiente no sería 9,46 billones de
kilómetros, que es la distancia que recorre un fotón en un año, sino que habría
disminuido a sólo mitad de esa distancia. De la misma manera, según la
Relatividad Especial, la duración del año se habría incrementado al doble,
desde tu propio punto de vista. La esfera número 370.000, contando hacia atrás
desde la última esfera, que es la esfera del Big Bang, es el límite absoluto de
nuestro universo.
Siendo esta idea la explicación de la paradoja principal
de la cosmología, es necesario cambiar la conclusión de la contracción de
FitzGerald que “a la velocidad de la luz se acorta el espacio a cero” con la
siguiente idea: "desde el punto de vista tuyo, el observador, la extensión
de un objeto que se desplaza alejándose de ti a una velocidad cercana a la de
la luz se acorta, que es sólo una de sus tres dimensiones, específicamente la
que pertenece al eje que se traza entre el observador y el objeto mismo,
mientras que las otras dos dimensiones se ensanchan. Con el propósito de
mantener la simetría, en el mismo grado que el objeto que se aleja a una alta
velocidad desde el observador se hace más corto a él en su eje común, el plano
transverso a este eje del objeto se vuelve recíprocamente más ancho. Si una de
las dimensiones del objeto aparece más corto para el observador, las otras dos
dimensiones deben aparecer más largas a él, lo que hace que el objeto parezca
más grande en estas otras dimensiones de lo que es realmente. Esta simetría se
explica por el efecto hiperbólico que ocurre a un área que se aleja
perpendicularmente del observador a velocidades muy altas como resultado
recíproco de la contracción de FitzGerald.
La ecuación para la contracción de FitzGerald es = L 'L
(1-v ² / c ²) ^ (1/2) donde L es la longitud del cuerpo que se aleja, v es su
velocidad de alejamiento, y c es la velocidad de la luz. La expresión
matemática de este corolario se refiere al hecho de que esta ecuación es una de
las tres dimensiones de una extensión o volumen, que es V = LHW, y donde V es
el volumen, H es la altura, y W es el ancho.
Vale la pena hacer las siguientes reflexiones sobre la
contracción de FitzGerald: 1º La velocidad de un cuerpo está siempre
relacionada con otro cuerpo. 2º Si este otro cuerpo es un observador, entonces
se puede hablar de contracción tan como la percibiría el observador. 3º Se
trata de una contracción referida al movimiento axial (aunque sea el cateto de
un movimiento angular) del primer cuerpo referido al observador, es decir del
eje que une tanto el cuerpo con el observador. 4º Pero no es tanto un cuerpo el
que se contrae a causa de su velocidad, sino que es precisamente una de las
tres dimensiones de un volumen, aquella que se aleja del observador. 5º No es
el cuerpo lo que fundamentalmente se contrae, sino que es el espacio que
circunscribe el referido cuerpo, incluyéndolo. 6º Respecto al observador, en la
misma medida que esta dimensión se contrae, las otras dos dimensiones se
dilatan tangencialmente. 7º No hay espacio vacío, el espacio es producto de la
cuantificación de la energía.
Incidentalmente, a partir de la ecuación para la
contracción de George Francis FitzGerald (1851-1901) Hendrick Antoon Lorentz
(1853-1928) elaboró una ecuación, m’ = m/√-3, que describe que la masa de una
partícula con una carga dada es inversamente proporcional a su radio, es decir,
cuanto más pequeño es el volumen en que una partícula concentra su carga, mayor
es su masa. Debemos entender aquí que
mientras más cercana a la velocidad de la luz, la partícula adquiere
mayor energía respecto al observador. También, según la ecuación de Lorentz no
es la masa la que se contrae con la velocidad de alejamiento en el sentido
axial del observador, sino que es la energía la que se densifica. Esto quiere
decir que la masa de una partícula está en función de la velocidad, la energía
y el observador. Incidentalmente, tanto la teoría de FitzGerald como la de
Lorentz (1853-1928) parten de las mediciones de la luz efectuadas por Michelson
y Morley en 1887. Posteriormente, Albert Einstein (1879-1955) dedujo una de las
consecuencias de la ecuación de Lorentz acerca del incremento de masa debido al
movimiento, indicando que la masa es una forma de energía y demostrando que la
ecuación puede aplicarse, no sólo al incremento de masa debido a la dirección
del movimiento respecto al observador, sino a todas las masas. En 1905,
Einstein daría a conocer su ecuación, que es la famosa E = m·c², y constituiría
el fundamento de su teoría de la relatividad especial.
Cuando la contracción llega a ser cero porque la
velocidad de alejamiento del objeto es la velocidad de la luz, entonces el
producto de las otras dos dimensiones –alto y ancho– se hacen infinitas.
Nuestra experiencia cotidiana nos enseña que sin duda cuanto más lejano se
encuentra un objeto, más pequeño nos parece. Pero esta conclusión es errónea
cuando este objeto se aleja de ti, en tu calidad de observador, a velocidades
cercanas a la velocidad de la luz. Un efecto muy importante para las
observaciones astronómicas es que los objetos distantes te parecen con
dimensiones más amplificados, en términos relativos, como si la distancia fuera
una lente de aumento gigantesco cuya propiedad de amplificación aumenta de
manera exponencial. El límite absoluto relacionado con aumento de la imagen
sería el propio Big Bang. Habiendo sido sólo un punto adimensional, en nuestra
realidad de observadores aparece igual a toda la superficie de la última esfera
del universo, es decir, como la periferia de todo el universo.
La geometría de velocidades muy altas hace que los
objetos muy lejanos aparezcan más grandes de lo que realmente son. Este
fenómeno se debe al hecho de que estos objetos pertenecen a un área que está
cercana al cero del Big Bang que necesita cubrir la periferia de la aparente
esfera que envuelve todo el universo. Así que para ti o cualquier otro
observador no hay necesidad de recurrir a ciertas fuerzas gravitacionales
causadas por algunos objetos masivos que puedan
distorsionar y amplificar la imagen de objetos lejanos, mientras la luz que
emiten llegue a tus propios ojos. Por ejemplo, un objeto a una distancia de 13
mil millones de años luz tendría una velocidad de alejamiento de 284.672
kilómetros por segundo, su longitud aparente sería 0,316, y su aparente plano
transversal sería 3,17.
Pero ¿qué es el universo? La respuesta
se encuentra en que es energía. La
energía es naturalmente anterior al universo y así la podemos llamar
primigenia; es una realización del poder de Dios, siendo emanación de Él; es el
principio activo de todo; no es un fluido, ya que no posee ni tiempo ni
espacio, tampoco volumen ni peso; no es amorfa, sino que contiene los códigos
por los cuales se puede convertir en las partículas fundamentales, intervenir
en la complejificación de la materia a partir de dichas partículas y
evolucionar; según el primer principio de la termodinámica, no se crea ni se
destruye, solo se transforma; no puede existir por sí misma y debe
consecuentemente estar contenida o en dependencia de algo. En el Big Bang la
energía se transformó de primigenia a cuántica en un instante y se convirtió en
materia. Entonces el universo comenzó a expandirse a la velocidad de la luz
desde un punto infinitesimal que contenía una infinita energía primigenia y en
dicho instante la energía se granuló. En el universo la energía está presente
cuando un cuerpo o partícula inicia, cambia o detiene su movimiento; realiza
trabajo cuando es mayor que el nivel de energía del medio. Su efectividad está
relacionada con su intensidad y la funcionalidad del receptor; ella era y sigue
siendo infinita en relación a su expansión y su evolución; se transforma en
materia y es usada en la interacción de sus componentes.
Recapitularemos la cosmología desde la perspectiva del
observador que mira al entorno lejano con un potente telescopio en algún lugar
del universo. 1º El observador eres tú mismo y, haciendo girar el telescopio en
las tres direcciones, comprobarás que te encuentras rodeado de galaxias, cien
mil millones de ellas. 2º Tal como Edwin Hubble, tú observarás que la
coloración de las galaxias va desde un amarillento blanquecino hasta un rojo
intenso y que su coloración llega hasta desaparecer en el infrarrojo,
deduciendo que por el efecto doppler fizeau todas las galaxias se están
alejando de ti a diferentes velocidades, las más cercanas a relativa poca
velocidad, mientras que las más lejanas a velocidades cercanas a la velocidad
de la luz; puedes deducir además que la periferia del universo que tú
disciernes, cuyo radio es la velocidad de la luz por el tiempo de existencia
del universo, se aleja de ti a la misma velocidad de la luz, no pudiendo
alejarse a mayor velocidad por ser esta velocidad la máxima permisible para la
materia; consecuentemente, puedes teorizar que la velocidad de expansión del
universo es y ha sido constante y es igual a la velocidad de la luz, no
existiendo “inflación”; en fin, puedes concluir en consecuencia que tú te
encuentras efectivamente en el centro del universo. 3º Puedes colegir que tú
eres el único ser del universo que está en el presente, que es cuando se
actualiza la causalidad, y observas que todo lo demás se encuentra de ti desde
el más próximo hasta el más remoto pasado en el confín del universo; el pasado
se va retrayendo a mayor velocidad a medida que está más remoto, siendo el
pasado máximo la misma edad del universo. 4º La edad de los cuerpos del
universo será relativa a ti; así, mientras un objeto se encuentre más alejado
en el pasado, será para ti más joven, pues estará más próximo al Big Bang,
mientras que si estuviere más cercano a ti, se encontraría en tu pasado más
próximo y por tanto casi tan viejo como los neutrones que constituyen tu propio
cuerpo, los corpúsculos más viejos del universo. 5º Según nuestro corolario a
la contracción de FitzGerald que dice: “desde tu punto de vista un objeto que
se desplazara alejándose de ti cercano a la velocidad de la luz se te parecería
que no es sólo su extensión la que se acorta, sino que se te parecería
simétrica y recíprocamente más ancho de lo que es”, llegando a una anchura
infinita para aquellos objetos que se alejan a la velocidad de la luz, que es
el caso del Big Bang y que cubre la periferia del universo que tú observas; es
decir puedes deducir, haciendo un cierto esfuerzo de imaginación, que dicha
periferia es el Big Bang, que es el punto del comienzo del universo pero que no
lo puedes observar, ya que si fuera así, te estaría afectando nuevamente;
entonces ¡el punto adimensional del Big Bang se te aparece como la periferia
del universo! 6º Este universo del cual tú estás en su centro y en cual tú
existes en el presente es el mismo para cualquier otro cuerpo allí, el que está
en su propio centro y en el cual existe en su propio presente, subrayando la
relatividad de todo; es imposible que tú o cualquier otro observador pueda
imaginar y describir el universo desde su exterior, ya que más allá de esta
frontera, que es infranqueable, no hay ni tiempo ni espacio. 7º El universo
espacial tridimensional está realmente en expansión cuando está referido al
pasado inmediato, pero está implosionando hacia el futuro, precisamente en el
renovado presente de cada observador como tú, en un horizonte de energía y
causalidad; la paradoja cosmológica es que tú, como observador, identificas un
Big Bang como un punto adimensional al inicio del universo y como periferia del
universo en el presente; esta paradoja la puedes explicar cuando consideres que
en su inicio el universo estaba contenido “dentro” del punto infinitesimal y
que al implosionar éste permaneció “dentro” de una periferia cuyo origen fue
dicho punto; así, cuando tú quieras observar el confín del universo que se
aleja a la velocidad de la luz de ti, sólo intuirás que es su periferia.
Explicaciones a los recientes
descubrimientos de la astronomía
En estos últimos años, nuevos descubrimientos se han sido
efectuados al buscar en el espacio profundo del cosmos con instrumentos muy
avanzados y todo el mundo se ha maravillado de ellos. Sin embargo, la geometría
de velocidades muy altas ofrece explicaciones a estos descubrimientos, sin
contradecir las bien fundamentadas teorías físicas. En consecuencia, estos
fenómenos no deben ser explicados por extrañas teorías, tales como “gravedad
repelente” causada por una entidad como “la energía oscura.”
La geometría de velocidades muy altas es suficiente para
explicar estos fenómenos, tal como las imágenes de luz altamente polarizadas de
la RFCM (radiación del fondo cósmico de microondas), que mostró detalles muy
finos, tales como ondas. La RFCM se detectó por primera vez en 1964 por Arno
Penzias y Robert Wilson. Posteriormente fue medida por el famoso satélite COBE,
y se midió recientemente por la CBI, y más tarde por el WMAP, un satélite de la
NASA. Esta geometría puede explicar por qué la RFCM viene de todas partes del
espacio. Esta radiación no es un eco que sigue rebotando, como se supone, sino
que viene desde el universo poco después del Big Bang. Anisotropía de la RFCM
se puede explicar por el hecho de que el universo entonces, a una edad de
370.000 años, no envolvía por completo nuestro universo, como el Big Bang sí lo
hace. La razón de tal diferencia es que el radio de la esfera de la RFCM es
370.000 años luz más corto que el radio de la esfera de la gran explosión.
Y la razón por la cual la longitud de onda de la RFCM se
ha extendido a la región de las microondas se explica por la relatividad
especial. Debido a las velocidades de alejamiento cercanas a la velocidad de la
luz, el tiempo se retrasa y las ondas de luz se alargan. La RFCM promedio, que
es similar a la radiación de un cuerpo negro a 2,735 K, no significa que se
haya enfriado debido a la expansión universo, ya que la radiación simplemente
no se enfría y la materia en el espacio no funciona como un tipo de gas. Así,
el Big Bang debe emitir una radiación equivalente a un cuerpo negro a 0 K. La
RFCM acompañará al universo para siempre, cada vez enfriándose en su destino
sin fin para alcanzar el asintótico límite de 0 K.
Entre los descubrimientos más recientes, en 1998,
midiendo la intensidad de la luz de las supernovas, los investigadores del
Proyecto Cosmológico de Supernovas encontró que luz de las supernovas muy
distantes aparecían 25 por ciento más débil que lo que se supone que debía. La
explicación al hecho descubierto por estos investigadores que la luz de las
supernovas más lejanas es más débil que la de supernovas más cercanas es
bastante simple y no tiene nada que ver con la explicación que se dio en base
de una supuesta expansión del universo que se acelera. Más bien, tiene que ver
con el tiempo. Según el principio de Hubble, las supernovas más lejanas se
alejan a velocidades mucho más altas que las supernovas más cercanas. De
acuerdo con la teoría de Einstein de la relatividad especial, el desarrollo de
la explosión de las supernovas más lejanas parecen al observador ser mucho más
lento de lo que realmente es, ya que sus velocidades de alejamiento están más
cerca de la velocidad de la luz de las supernovas más cercanas. A la distancia
de la gran explosión, el tiempo simplemente se detiene. El flujo de fotones
procedentes de estas supernovas más distantes se hace más escaso, de manera que
su luminosidad aparece más débil para el observador. Este efecto dio a los
investigadores la impresión de que la expansión del universo se está
acelerando. Sin embargo, se puede sugerir que la duración de explosión, además
de la intensidad de la luminosidad, debería ser de importancia para estos
investigadores. Además, la teoría de la inflación cósmica, relacionada con una
supuestamente velocidad de expansión
extremadamente rápida de los inicios del universo, puede ser perfectamente
explicada por la contracción modificada de FitzGerald.
Y por último pero no menos importante, la materia oscura
es un componente teórico que se ha postulado para añadir masa a la masa
calculada de acuerdo con el brillo de las galaxias. En primer lugar, los
astrónomos han evaluado la masa de los cúmulos de varios miles de galaxias,
añadiendo la masa estimada de acuerdo con el brillo de las galaxias
individuales. Luego se han calculado la velocidad de escape que permite que
alguna galaxia pueda dejar el campo gravitatorio del cúmulo, desapareciendo del
espacio intergaláctico. Al mismo tiempo, se ha medido la velocidad de las
galaxias en este cúmulo. Pero lo que realmente han encontrado es que las
velocidades medidas son muy superiores a las velocidades de escape calculados.
La conclusión a la que han llegado es que el clúster o cúmulo debe dispersarse
en un tiempo relativamente corto.
Su solución postula una masa extraña que estos astrónomos
han llamado “materia oscura”, ya que no se la puede ver, y que el clúster
debería contener para aumentar su masa en relación a la masa observada, puesto
que sólo una mayor masa podría teóricamente retener todas las galaxias dentro
del propio clúster. Precisamente, este componente oscuro, diez o veinte veces
más masivo que el componente luminoso, es visto como suficiente para
restablecer la situación. Las nuevas velocidades de escape, calculadas teniendo
en cuenta este componente teórico, ahora serían superiores a las velocidades
medidas. Por lo tanto, el clúster ya no sufriría el riesgo de dispersarse a
través del espacio.
Una vez más la geometría de velocidades muy altas puede explicar
las enormes velocidades de las galaxias en relación a su masa observable. En
primer lugar, su brillo aparente resulta ser menor de lo que realmente es
debido al efecto explicado más arriba en relación con supernovas. En segundo
lugar, el aumento del tamaño aparente de galaxias distantes en relación con su
tamaño real se explica por el efecto “lente” de la geometría, el cual también
distorsiona las velocidades reales dentro de su clúster. Y en tercer lugar, el
origen de la gravedad es claramente diferente al origen de la luz. Estos tres
efectos son suficientes para explicar los fenómenos observados, sin necesidad
de recurrir a dicha entidad extraña como es la materia oscura.
Estas son las consecuencias de la teoría de la
relatividad especial, del principio de Hubble, y de sus corolarios. Para un
observador, a velocidades cercanas a la luz, la masa tiende a aumentar hasta el
infinito, el tiempo tiende a detener, y la longitud del espacio tiende a
reducirse a cero, mientras su otras dos dimensiones tienden a agrandarse hasta
abarcar todo el universo. De hecho, estos fenómenos se acentúan de manera
exponencial para las esferas más lejanas del observador, y se darían por
completo para la última esfera, que pertenece a la gran explosión. Por
consiguiente, la dimensión de esta última esfera sería un punto sin espacio.
Además su masa sería infinita, y el tiempo se habría detenido, convirtiéndose
en una eternidad.
El Big Bang como el centro del
universo
En el siglo XV, el monje alemán Nicolás de Cusa (1401-1464)
describió alegóricamente el universo como una esfera cuyo centro está en todas
partes y su periferia en ninguna. Nosotros pensamos por el contrario que
existen solo dos puntos de vista válidos y complementarios para describir el
universo. Ya describimos el punto de vista que concibe el universo como una
esfera cuyo centro está ocupado por el observador en particular. Ahora veremos
el otro punto de vista, el de una esfera aparente cuyo centro está ocupado por
el propio Big Bang y cuya periferia, generada por la materia en expansión, es
lo que toda unidad de materia ocupa en su propio presente, apuntando al Big
Bang como causa última de su existencia.
La noción de “Big Bang” significa que el universo tuvo un
origen en un punto infinitamente pequeño colmado de infinita energía. Entonces
ni el tiempo ni el espacio existían, ya que la energía entonces no se había
condensado en materia. Si el universo se expande a la velocidad de la luz, por
cada segundo que transcurre el radio del universo se expande otros trescientos
mil kilómetros. De ahí que la longitud del radio del universo sea igual a la
velocidad de la luz multiplicada por el tiempo que ha transcurrido entre el Big
Bang al momento actual.
Nadie puede suponer que el universo, concebido como una
esfera cuyo centro es el Big Bang, tendría la misma apariencia que el universo
que tú ni nadie observan. Uno puede concebir esta geometría como una metáfora,
porque es imposible de imaginar, menos describir, ya que esta aparente esfera
no tiene un límite de espacio, pero un temporal. Esta concepción sería la de
una esfera cuya periferia sería el único lugar donde la materia se extiende. Se
podría parecerse a un globo inflado, cuyo radio se alarga a la velocidad de la
luz. En esta concepción toda la materia del universo se encontraría, estaría
contemporáneamente en el presente, desde el punto de vista de Big Bang, y sería
el plano redondo de la periferia del globo Esta periferia comprendería dos de
las dimensiones espaciales. Sería como membrana de látex del globo, excepto que
no podía tener ningún espesor en absoluto, ya que todos sus puntos estarían en
la misma y exacta distancia de su centro común en el Big Bang. No podría dar
cuenta de cuerpos que orbitan entre sí, tal como los observamos, ya que esta
membrana no podría contener las tres dimensiones espaciales. La otra dimensión
espacial sería el radio del globo, cuya longitud crece cada año en un año luz.
Aunque la concepción de una esfera cuyo centro es el Big
Bang no es imaginable, explica la gravedad y el campo de Higgs. La periferia de
la esfera cuyo centro es el Big Bang es el campo de Higgs. Su superficie es 4πr
². Sin embargo el radio de la esfera aumenta a la velocidad de la luz. Por lo
tanto, el área de dicha membrana se expande proporcionalmente. Esta área abarca
el campo de Higgs, donde la masa existe en distintas densidades, dependiendo de
la magnitud del correspondiente cuerpo masivo. A raíz de la famosa fórmula de
Einstein, E = mc ², la masa sería la condensación de la energía infinita que
estalló con el Big Bang y se aleja en la velocidad de la luz desde el centro de
la esfera en todas las direcciones, la generación de dicha área, donde el bosón
de Higgs reina para formar todos las partículas clasificas del Modelo Estándar,
y la generación de la gravedad.
La teoría especial diría que para un observador situado
justo en el Big Bang el tiempo habría sido tan grande que ni una fracción
infinitesimal de segundo habría transcurrido. Una vez más, para este observador
la distancia se habría reducido a cero, como si el Big Bang fuese la base de un
tronco que sostiene la inmensidad del universo, dándole unidad a través de una
inmensa relación causa-efecto. Dado que todo el universo tuvo un origen único y
común, entonces las mismas leyes naturales gobiernan todas las relaciones de
causa-efecto entre sus cosas. Para la causa del universo entronizada en el Big
Bang, a pesar de estar a alrededor de 13,7 mil millones de años de distancia en
el pasado, todo el universo estaría en su propio tiempo presente, mientras que
la manifestación de causalidad estaría recíprocamente presente en todo el
universo.
La gravedad.
Se puede afirmar que el Big Bang disparó radialmente
materia en todas direcciones a la velocidad constante de la luz, expandiéndose
para siempre, y obligando a la generación de un espacio tridimensional como un
medio para la interacción de sus partes. En este punto de vista, ninguna de las
partes de la materia puede aparentemente alejarse de su centro común original
en el Big Bang a una velocidad superior a la de la luz, que es la máxima
velocidad posible.
En el instante del nacimiento del universo la energía
contenida en el Big Bang fue entregado a cada unidad de la masa que fue
disparada fuera en la velocidad de la luz. En consecuencia, cada unidad de
masa, de acuerdo con la teoría de la relatividad especial, contuvo energía
infinita en relación con el Big Bang. Por otro lado, la masa en la periferia
pierde densidad en tanto el universo se expande y crece su periferia. Estas dos
ideas son especialmente relevantes para la explicación de la fuerza de la
gravitación. La gravedad existe a expensas de la densidad de la materia con
energía infinita. La gravedad y las fuerzas electromagnéticas son lo que
causalmente relaciona todo con todas las cosas. La gravedad aparece mientras el
campo de Higgs se extiende afuera y obliga la masa a aglomerarse en varios
lugares, tales como estrellas, planetas o cualquier cuerpo mucho más pequeño,
rompiendo la homogénea periferia inicial. En estos lugares la concentración de
masa hace que la membrana sea más densa.
La gravedad es la fuerza que hace que los cuerpos se
atraigan entre sí, manteniéndolos juntos para que no se desperdiguen fuera a
través del espacio y conservando sus órbitas alrededor de otros cuerpos. La
gravedad no es la distorsión del espacio-tiempo debido a la presencia de la
masa, como la Relatividad General propone. La energía inagotable y constante
que mantiene la fuerza de la gravitación universal sólo puede provenir de la
energía que surge de la expansión del universo a la velocidad de la luz. La
expansión universal del espacio-tiempo, que es generada por la masa mientras se
impulsa a la velocidad de la luz desde el Big Bang produce recíprocamente una
implosión de los cuerpos masivos. Según la ecuación de Lorentz, cada pedacito
de la masa contiene energía cinética infinita en relación con el Big Bang,
porque se mueve a la velocidad de la luz desde este centro original y común.
Esta energía se transforma en la fuerza de gravedad en un espacio que esta masa
va generando a la tercera potencia. Un Big Crunch sería entonces imposible,
porque la fuerza de la gravitación, la cual debería ser la causa de la
contracción del universo, es precisamente el efecto de su expansión.
La expansión del universo obliga a las unidades de masa a
separarse unas de otras por efectos angulares, originando una fuerza recíproca
de gravedad. En su Teoría de la Relatividad General Einstein identificó la
fuerza de inercia con la fuerza de gravedad. En la presente teoría, la
expansión de la fuerza de inercia produce fuerza de gravedad. La gravedad
ejerce su fuerza a expensas de la densidad de masa. El primer principio de la
termodinámica se mantiene a través de la simetría entre la gravedad y la
densidad de la masa, sin necesidad de ningún tipo de energía exógena.
Dado que el universo se expande radialmente lejos del Big
Bang en una misma proporción, sus partes forman ángulos entre sí que se
mantienen fijos en el tiempo, y por lo que la misma fuerza de la gravitación
gobierna todo el universo como una constante. Todas las unidades masivas se
mueven alejándose del Big Bang hacia todas las direcciones. Por lo tanto, dos
unidades de masa diferentes, siendo las dos vectores con un ángulo determinado
y constante entre ellas, contando con un centro común en el Big Bang y con
energía infinita en cuanto a su origen, generan la mutua atracción cuando de
hecho están forzados a apartarse entre ellos. Newton ya determinó el valor de
esta atracción mutua. Es una función de la masa y la distancia.
Así como la carga eléctrica transforma la energía en
fuerza electromagnética, la masa tiene la capacidad de transformar la energía
del universo en expansión en fuerza de gravitación. La energía derivada de la
pérdida de densidad se convierte en fuerza de gravedad siendo mediada por la
masa. Desde la perspectiva del espacio-tiempo, la implosión de la gravedad
ocurre en un espacio que está continuamente llevado al tiempo presente, que es
cuando la relación causa-efecto se actualiza. El tiempo y el espacio son funciones
de la actividad de la carga eléctrica y la masa, que desarrollan un entorno de
espacio-tiempo para ser capaces de interactuar y ser funcional, ya sea como una
causa o como un efecto. El conjunto de estos espacios-tiempos es el
espacio-tiempo que observamos y experimentamos como un conjunto, ya que todo
está relacionado con el mismo origen en el Big Bang.
Por lo tanto el universo viene a ser como un motor
inmenso, del tamaño del universo entero. Su energía primigenia produjo masa,
carga eléctrica, e inercia infinita. Su fuerza de inercia continúa su
transformación en fuerza de gravedad a través de la energía cinética de la masa
que se mueve alejándose del Big Bang a la velocidad de la luz y que pierde
densidad. El universo continúa evolucionando y estructurándose al tiempo que se
expande y gradualmente usando la energía dada por el Big Bang para estructurar
la materia en detrimento de la densidad. Si la densidad disminuye mientras
genera gravedad mientras el universo sigue expandiéndose para siempre, desde el
punto de vista tuyo o de cualquier otro observador, esta decreciente densidad
no es directamente evidente. Lo que tú o cualquier otro observador observa en
cambio es la permanente velocidad de alejamiento de los cuerpos cada vez más
lejanos, como Hubble señaló.